No hay que ser muy entendido para darse cuenta que los postulados de ese borrador (que menciona la palabra prohibido casi 40 veces) están basados en una ideología radical y minoritaria. Pretende imponer a una mayoría una serie de dogmas que no se basan en ningún estudio científico.

La comunidad científica ha elaborado una carta, que remitirá a la Dirección General de los Derechos de los Animales, solicitando una nueva redacción del borrador del anteproyecto de ley para que, conforme determina el artículo 133 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Solicita que se recabe la opinión de los sujetos y de las organizaciones más representativas afectadas por esta norma (como es el caso de Aviornis), y se tengan en cuenta criterios científicos, de conservación de las especies, aspectos económicos, culturales y de racionalidad para la redacción del borrador y no solo los criterios ideológicos impositivos de una minoría.